Una lectora profesional no nace, se hace 😉
Yo, con 5 añitos |
Se puede decir, prácticamente, que desde el momento que aprendí a leer tenía la obsesión de leerlo todo y cuando digo todo, es todo. Cada cartel que veía por la calle para mí era un entrenamiento. Mi única meta era leer un libro para descubrir aventuras e historias que alimentaran mi imaginación. Me fascinaba descifrar esas letritas y hallar palabras nuevas.
Si encontraba algo nuevo, preguntaba su significado y así me pasaba el día. "Mamá ¿qué es esto?", "Mamá, ¿qué es lo otro?". Recuerdo los carteles de "se alquila" estaban por todos lados. Pero, ¿qué significaba alquila? ¿Qué era eso que se demandaba tanto? Debía ser muy importante para estar en muchos balcones colgado. Tenía que quitarme esa duda. Sí, era muy pesada. Mi familia me esquivaba, lo cuestionaba todo, quería saberlo todo. El mundo se presentaba ante mí y yo curiosa me manifestaba por saber.
Mi hermano Rafa siempre me decía que era como Lisa Simpson, que pena que con los años me he convertido, más bien, en Homer. 😅
Siempre he tenido problemas al leer y a veces leía cosas que no ponían, podía agregar alguna letra de más o quizá comerme alguna que otra. Venga.... lo confieso... Tengo algo de dislexia, aunque no diagnosticada. Mi madre siempre me dijo que era normal y nunca me llevaron a un médico, pero a día de hoy estoy cada día mas convencida de este problema. Ahora que escribo más a menudo, me doy cuenta de que no sólo me como letras, sino también las palabras y le doy la vuelta a las letras y los números y lo peor, no sé donde está la derecha ni la izquierda. 😅 En fin... he aprendido a vivir con ello y no pasa nada. Está controlado.
A pesar de todo lo que me gustaba leer, no podía hacerlo en alto, pues una querida profesora (véase la ironía), me produjo un traumita. En 1º de EGB, estábamos leyendo un libro llamado Borja y Pancete, (Diooosss.... cómo me chiflaba este libro.....) y cuando me tocó el turno y en una de las frases en vez de decir "chocante" leí "chocolate", una tontería, pero la idiota de la profesora me ridiculizó diciéndome que si tenía mucha hambre para pensar en comida. Toda la clase se rió y os juro que me hizo pasarlo fatal. Como la odié. Ahora que lo digo es una tontería, pero os aseguro que no se me olvida. Nunca más quise leer en alto en mi vida. Por favor, profesores del presente, no seáis crueles con vuestros alumnos os puedo asegurar que treinta años después se van seguir acordando de vuestra familia. 😉
Aprendí a leer y a escribir con MICHO
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Micho |
Estoy segura de que a más de uno le he traído bonitos recuerdos de la infancia. Si es así, me alegro de hacerte viajar al pasado.
En 1º de EGB, nos mandaban a leer en clase a Borja y Pancente. Un libro de portada amarilla con ositos dibujados con un tarro de miel, no, no es Winnie de Poo, era mucho mejor. Comenzaba con una fuente de letra como escrita a mano para niños (ver en imagen) y según iba avanzando la fuente cambiaba a máquina. Lo cual te hacía sentirte más mayor, igual que la sensación de pasar del lápiz al bolígrafo. ¿lo recordáis? El libro contaba con la historia de Borja y su oso de peluche Pancete. Sus aventuras jugando los días de lluvia, en el colegio conociendo a sus amigos, con su hermana Marina, con el pipero Baldomero, de excursión y demás aventuras que a mi me tenían fascinada. Casi tres décadas después lo recuerdo con mucho cariño.
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